La Organización Agraria UGAM-COAG rechaza la reciente decisión del Ministerio de Agricultura de cesar las ayudas destinadas a la alimentación suplementaria de las abejas, una medida esencial para combatir los efectos adversos del cambio climático y la alarmante tasa de mortandad en las colmenas.
En una explotación apícola estándar de 500 colmenas, esta medida supondría un sobrecoste anual de 10.000 euros, una cantidad insostenible para los apicultores que ya enfrentan desafíos económicos significativos.
Durante la reunión con Fernando Miranda, Secretario General de Recursos Agrarios y Seguridad Alimentaria, COAG expresó su firme oposición a esta propuesta, que también contempla la eliminación de apoyos para la adquisición de cera, equipos de protección individual y los costes asociados al envío y recogida de muestras.
UGAM considera que el Ministerio no puede desentenderse y atribuir esta decisión a directrices de Bruselas. De hecho, existe margen para interpretar de manera menos restrictiva la legislación vigente y buscar alternativas negociables con las autoridades europeas.
La alimentación complementaria es una práctica indispensable que ayuda a los apicultores a mitigar la mortandad de las colonias, afectadas por el cambio climático, enfermedades como las causadas por el ácaro Varroa destructor y los daños de especies invasoras como la Vespa spp.
UGAM-COAG insta al MAPA a reconsiderar esta decisión, apoyándose en el informe presentado en marzo por los Servicios Técnicos de Apicultura de COAG, que subraya la importancia crítica de la alimentación suplementaria para la supervivencia de las colonias de abejas y la viabilidad de las explotaciones apícolas profesionales.
Con tres temporadas consecutivas de severas pérdidas debido a la sequía, con cosechas de miel reducidas hasta en un 80% en las áreas más afectadas y en un contexto de fraudes en la miel, proveniente de países terceos, los apicultores españoles se encuentran en una situación precaria. Los precios ofrecidos por la industria envasadora no cubren los costes de producción, empujando a miles de explotaciones apícolas al borde de la desaparición.
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